Mi Aventura en Erdrea

Mi aventura en Erdrea resultó excelente y muy, muy extensa. Dragon Quest XI Ecos de un Pasado Elusivo (o Ecos de un Pasado Perdido) es un juego muy bueno e insospechadamente largo. A continuación expondré mis comentarios sobre este fantástico título de Square Enix. La versión que completé fue la de PlayStation 4. En Dragon Quest XI, como suele ser la norma en los Dragon Quests y en los JRPGs tradicionales, controlas a un grupo de héroes a través de un mundo explorable, lleno de monstruos contra los que hay que luchar en combates tradicionales por turnos. Dragon Quest XI respeta esta fórmula en el sentido más tradicional posible, tanto que para algunos esto resulta criticable, con el argumento de una falta de innovación. Vamos, lo de siempre, que para criticar estamos todos mandados a hacer. Si les cambias la fórmula te critican porque te apartaste de la fórmula, y si te ajustas a ella, te critican porque no aportas nada nuevo. Independientemente de esto, el juego es excelente.

Tu aventura en Erdrea transcurre en un mundo bellamente creado en 3D (el motor del juego es Unreal Engine 4). Los personajes, como resulta habitual, fueron diseñados por Akira Toriyama, la música por Koichi Sugiyama y el diseño e historia del juego corrió por cuenta de Yuji Horii. Fórmula ganadora.

El protagonista y héroe de la historia es del tipo silente (como Link) y tendrá que superar numerosas pruebas, injusticias, acusaciones infundadas, y enemigos bastante complicados. De entrada, el juego comienza con una animación espectacular y una música orquestada que inmediatamente indica que estamos ante una súper producción.

La historia inicia en el reino de Dundrasil, invadido y destruido por un ejército de monstruos. Durante el ataque nuestro protagonista era un bebé y logró sobrevivir gracias a los actos heroicos de varios personajes. Eventualmente un anciano de un pueblo lejano encuentra al bebé flotando en un río y se lo lleva a su aldea, Cobblestone. Allí es criado por la hija del anciano, Amber, y así nuestro protagonista pasa su infancia y juventud temprana en Cobblestone donde, para todos, es el hijo de Amber. Eventualmente alcanza la edad donde debe completar una prueba tradicional de Cobblestone (aquí comienzas a controlar al héroe). Deberás escalar una montaña junto a tu amiga de la infancia, Gemma. Las cosas se complican y son atacados por monstruos. Cuando todo parece perdido, una marca en la mano del héroe brilla y cae un rayo que los salva. Es la marca del Luminario, un héroe legendario escogido por el árbol Yggdrasil, destinado a salvar al mundo. Luego de esto, Amber te revela la verdad sobre tu origen, y te envía a ver al rey Carnelian de Heliodor. Sin embargo, una vez llegas ante el rey, eres acusado de ser el portador de la oscuridad, y te encarcelan. A partir de este punto comenzarás a encontrar otros personajes (tu party), con los cuales irás descubriendo las verdades de tu aventura en Erdrea y salvarás al mundo con tu poder de Luminario.

Como dije antes, visual y auditivamente Dragon Quest XI es excelente. La jugabilidad, impecable. La historia, lo que más me gustó. Advierto que es un juego muy largo. Una vez que crees que has llegado al punto final de la historia, donde todo termina… ¡NO! ¡Ahora es cuando viene más aventura en Erdrea! (Tendría que incurrir en un gran spoiler para explicar por qué esto es así). Y el verdadero enemigo final… ufff… si no has estado atento durante el juego, derrotarlo es prácticamente imposible. Es como cierto punto de Persona 5, donde si no has estado atento a los diálogos te llevarás una sorpresa. Hay que realizar una acción concreta con tu espada para poder debilitar al jefe final y tener alguna oportunidad de derrotarlo. Pero ya, no quiero incurrir en spoilers. Si tienen la oportunidad (y el tiempo), y les gustan los JRPGs, Dragon Quest XI Ecos de un Pasado Elusivo es un juego imperdible. Tiene versión para PC, Switch, PlayStation 4 y Nintendo 3DS.